Otra vez: Reloaded...

Como todas las noches, ayer me fuí a la cama cerca de las 11 pm. habitualmente enciendo el televisor para enterarme qué pasó en el día, y después hacer zapping distrayendo mi cabeza para conciliar un profundo sueño (siempre duermo un profundo sueño). Otras veces, cuando mi corazón me lo pide, busco lecturas según mi estado de ánimo: Hay veces que soy inquieta y curiosa y quiero leer porque quiero aprender, otras -muchas- busco algo que me lleve a lugares ya transitados en mi imaginación; algunas más, procuro libros que me recuerden quién soy y por qué hago lo que hago...
Como defensora y promotora de la lectura, se supone que debiera leer todos y cada uno de los días de mi vida, pero no es así, debo confesarlo: Habitualmente no tengo "cabeza" para leer atenta y plácidamente. Mis lecturas y ritmos de lecturas me marcan el estado de ánimo en el que me encuentro, siempre inconcientemente me dictan puntualmente los ritmos y lugares por los que habita mi corazón.
Ayer, anoche, tenía "Momo" (Michael Ende) entre mis manos, libro que pertenece a mi clasificación número tres. Pero ayer, mi vieja amiga Momo, se quedó con ganas de contarme sus historias pues simplemente y sin darme cuenta, se quedó cerrada sobre mi regazo y ... volví a tierra cuando Jorge me preguntó ¿qué haces? y yo pausadamente respondí: "pienso"...
Reloaded otra vez y todas las veces que hagan falta: Reinventarme, redefinirme, rebuscarme, reconocerme, re-pensarme, re-sentirme, re-proyectarme, re-vivirme... Desde aquel octubre del 2003 en que hice mis valijas y emprendí este viaje sin retorno, no había vuelto a sentir la tierra bajo mis pies, después de tantas vueltas, ires y venires "¡al fin!" me quedo quieta. He logrado mucho, he crecido mucho y por sobre todas las cosas: He aprendido mucho.
¿Y ahora? vaya con la pregunta! ¿y ahora? Ya no tengo que correr de un lado a otro buscando "el mango", ya no vivo con la incertidumbre -y el pretexto- de no tener papeles, tengo un trabajo fijo con horario y sueldo fijo, el taller de lectura goza de tal éxito que puedo "darme el lujo" de tener lista de espera para ingresar. He logrado un joven matrimonio que ha podido -y sigue venciendo- osbtáculos y tengo la dicha de haber logrado grandes amigos! de esos que yo pensaba, sólo eran posibles en la temprana juventud.
Estoy bien, si.... si ¡estoy bien! Estoy tranquila, me siento realizada, mi familia vive lejos pero esta siempre conmigo, tengo un par de bellas y adorables cuñadas a quienes considero mis hermanas. ¡Estoy bien! Me había perdido tanto en la vorágine de la lucha diaria, que hoy que no tengo que luchar porque ya lo he conseguido, ni cuenta me había dado de este estadío por el que ahora atravieso.
¿Y ahora? Y ahora me propongo disfrutar de este momento, me propongo disfrutar la rutina y la cotideanidad. Ahora me daré una tregua y volveré a lo simple, mañana empiezo otra vez a asistir a clases de teatro. Me haré atender las várices, buscaré clases de baile para quemar calorías porque el gimnasio me aburre y tanta parsimonia me va a hacer engordar!; volveré habitualmente y conciensudamente al dentista y trataré de encontrar un buen psicólogo que escuche lo que tengo qué decir...
Si, por ahora decido caminar, tener los dos pies bien puestos en la tierra, hacer planes "seguros", y respirar al mismo ritmo que los demás. Repararé también mis alas... porque me conozco... uf!... me conozco... Antes o después me hastiaré de dar pasos fijos y certeros, de vivir una vida "normal". Alistaré mi armadura y saldré nuevamente en busca de aquellos -añorados y lejanos- molinos de viento.
Lu*
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